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HERETICO SALUDO

ESTA PAGINA ESTA DEDICADA A TODOS LOS GUERREROS Y GUERRERAS DEL METAL.

ES UNA PAGINA QUE LES PERMITIRA NAVEBGAR POR EL MUNDO DEL METAL, CON CONTENIDO TEORICO Y MUSICAL

BIENVENIDOS 

 

 Entre lienzos de seda
Descansara el cuerpo yerto
Regresara a la tierra....
Mientras el alma al fin
Reposo encontrara...

Que maravilla!!!
4 cortes de frío de metal....
en la seda de la piel"

HISTORIA

 

                                      CRONOLOGIA DEL METAL EN MEDELLIN

Ya que la vida, en ese constante acto de recordar, no es más que la colección de experiencias, a continuación plasmamos en estas páginas una cronología viviente del Metal en Medellín. Fechas, datos, anéctodas y experiencias que permiten llegar a lo que hoy día conocemos en la ciudad como Metal.

El metal en Medellín se da gracias a la influencia de grupos de hard rock y heavy metal norteamericano e inglés, como Black Sabbath, Deep Purple y Led Zeppelin, en los años 60, y Motor Head, Judas Priest e Iron Maiden en los 70´s.

El sonido duro incursionó en la ciudad en las décadas del sesenta y setenta a través de personas que viajaban al exterior y traían la música. Así se difundía en reuniones de minorías juveniles. Algunas emisoras como La Voz de la Música y programas especializados de la radio difundieron –entre los sesenta y ochenta– hard rock, heavy metal, rock sinfónico y experimental.

   
   
 

Los Yetis fue el grupo más influido por el sonido duro a finales de los sesenta. Comenzó a cuestionar la sociedad, la autoridad, la educación y la justicia a través de textos compuestos por algunos nadaistas.

Los iniciados en el hard rock comenzaron en la Caverna de Carolo, y luego se institucionalizaron a través del festival de Ancón. Medellín, la mojigata capital antioqueña, persiguió a los hippies, sinónimo de rockeros en aquel entonces, después de Ancón y durante toda la década del 70.

En los pocos sitios de reunión que existían en los sesenta, se escuchaban básicamente las tendencias devenidas del festival Woodstock. Fueron simplemente rockeros de la ciudad que se internaron en un hippismo rancio, mientras el acontecer del rock europeo y norteamericano evolucionaba a los escupitajos del punk y los gritos guerreros del heavy metal.

Es en los barrios de clase media alta y alta de la ciudad, es donde se difunde el heavy metal y las interpretaciones en inglés. Al final de los años 70, fue Judas el exponente de esos sectores sociales. Más adelante, a principios de los 80´s, la banda se fragmenta para dar vida a Carbure y Nash.

1980 - 1984. En los años ochenta se conoció y afianzó el rock duro no sólo como sonido, como entretenimiento, sino también como pretexto de reunión, forma de expresión y estética. De allí se crearon las "Notas", reuniones masivas de rockeros en los barrios, caldo de cultivo del movimiento subterráneo del rock de Medellín, donde se intercambiaba música, conocimiento, casetes y "pastas" (discos). En estas reuniones espontáneas y masivas se incluía heavy metal, psicodelia, rock sinfónico, experimental, hard rock y punk sin discriminaciones ideológicas. Un movimiento musical, comercial y cultural que marcó la ciudad de allí en adelante.

Uno de los sitios de reunión, o Nota, más acostumbrados fue el de la casa de Yolanda, integrante de la agrupación Fértil Miseria, quien al respecto dijo: "Mi madre no me dejaba ir mucho a los bailes... Le dije que me dejara hacer uno, que yo quería que ella viera cómo era, para que no estuviera reprimiéndome a toda hora. Hicimos el trato. Me dejó hacer un baile y le gustó, incluso le pareció muy bacano, y ya me dio entrada libre para seguir haciéndolos cuantas veces quisiera".

Una de las agrupaciones extranjeras que más adeptos consiguió e influyó en el sonido de las bandas de la ciudad en estos años, obligatoria para escuchar en las Notas, fue el grupo inglés Black Sabbath. Pauta sonora. Banda de iniciados, tanto para metaleros como punkeros.

Se creó un ambiente propicio para que surgiera la inquietud de la interpretación; se planteó la posibilidad de crear un rock propio, con el lenguaje y las vivencias específicas de la ciudad. Esto los llevó a conformar bandas para ejecutar ese sonido primitivo, ácido, rápido y estridente del “ultra metal” de esa primera fase en los ochenta. Parabellum y Mierda fueron, en 1984, las bandas más representativas de los barrios.

En lo referente a la clase media, en los inicios de los ochenta, era Kraken la agrupación que los representaba. Su inicio fue interpretando covers de agrupaciones de heavy metal, luego exploraron con letras muy individualistas y nada oscuras cantadas en español. Kraken no provenía de las Notas, de los barrios, sino de un sector residencial en el cual la violencia, el hambre, la falta de presencia del Estado y la represión policial, no eran un problema. Fueron dos realidades distintas con las expresiones del Metal en la ciudad, y cada quien enunció sus vivencias como las sentía. Aunque de manera alterna, se generó un movimiento de integración sociocultural donde jóvenes que pertenecían a los estratos altos se unían con los de estratos bajos, y viceversa, con el propósito de formar sus bandas. Los del Poblado, Laureles, Envigado, se encontraban con aquellos de Manrique, Castilla y Buenos Aires, para ensayar, grabar sus canciones y sacar adelante el grupo. También era común que ensayaran dos, tres, cuadro, cinco, o más, bandas en un solo lugar y el mismo día para colaborarse mutuamente: uno prestaba la batería, otro el bajo, otro la guitarra, el amplificador, y otro la casa, el garaje, la terraza, etc.


Desde 1984, aproximadamente, el Punk dividió las Notas y las llevó a su dispersión; quitó el esplendor y camaradería del encuentro general y del disfrute musical; creó los parches únicamente punks, con una filosofía, ideología y estilo de vida hermética en donde los que escuchaban rock duro o Metal eran “chatarreros” que había que rechazar. Pero claro, no todos se convirtieron al Punk. Durante este año fueron muchos los rockeros que continuaron disfrutando del sonido rock en general y que no se dejaron influir por esta nueva tendencia. Quedaron lugares esporádicos y amplios en los barrios, donde la identificación con la música, el intercambio y el disfrute por el rock duro no fueron absorbidos por radicalismos de uno u otro género.

1985. J.I.V. Ltda. organizó la Batalla de las Bandas en la plaza de toros La Macarena, donde se presentaron las agrupaciones: Parabellum, Mierda, Spool, Láser, Excalibur y Kraken. A los asistentes se les entregó un papel para escribir cuál consideraban era la mejor banda, dado que a la agrupación ganadora se le prensaría un disco. Premio bastante satisfactorio para cualquier agrupación en aquellos días. La banda ganadora fue Parabellum, atracción principal del evento desde el momento en que subió a la tarima. Los asistentes enloquecieron escuchando temas como: Venérea; Mutación por Radiación; Engendro 666; Guerra, Monopolio y Sexo. Algunos quedaron anonadados al escuchar el sonido violento que engendraban desde sus instrumentos, los más fuertes que se habían escuchado hasta entonces.

El Puente
El hardcore, unión entre el Punk y el Metal, se engendró después de la Batalla de las Bandas, aproximadamente entre 1987 y 1988. El hardcore fue considerado, en primera instancia, una vertiente del Punk debido a que era bastante rápido, violento y directo, ya que manejaba conceptos de pesadez y algo de destreza en la guitarra; elementos que muchos metaleros asimilaron e incluyeron en sus producciones. Así pues, este ritmo, que prevaleció en el movimiento subterráneo de Medellín, fue el puente que unió a músicos de las dos tendencias.

Persecución religiosa
El satanismo, disculpa para acosar y perseguir a los rockeros, del que tanto hablaban y temían las autoridades religiosas, fue -y es- dentro del rock, y especialmente en el Metal, un concepto de oposición a la autoridad y no una práctica religiosa, pues como precisó Carlos Mario 'La Bruja”, guitarrista de Parabellum: “Es una crítica al catolicismo, no una religión para los metaleros". Este satanismo se convirtió en la herramienta para enfrentar la doble moral cristiana y la moral social. Al respecto, Dilson Diaz, vocalista de La Pestilencia, dijo en su momento que "el metal de Medellín mostró la realidad que vivía este país… Hemos tratado de atacar un poco la religión, pero más por los intereses que ésta tiene de por medio".

La asociación general entre satanismo y rock, por parte del cristianismo y el Estado, era la muestra fehaciente de una falta de conocimiento ante las tendencias y filosofías del rock. Además de un absoluto analfabetismo ante los movimientos oscuros del Metal en los países nórdicos; tendencias devenidas del Metal.

1987. El sencillo de Parabellum salió en marzo de este año con los temas: Madre muerte y Engendro 666, creados en 1984. Este trabajo marcó el ámbito underground de Medellín y caracterizó el sonido del llamado “metal medallo”. Para aquel entonces, Parabellum se convirtió en una banda de culto pues era el grupo que con más admiración se recordaba desde su primer concierto (Manrique, 1984), donde impactó por su novedosa manera de ejecutar el Metal con sonidos rápidos y agresivos. Algo que ninguna banda de la ciudad había realizado.

Existieron otras agrupaciones de gran trascendencia en Medellín, como Astaroth y Blasfemia, quienes hicieron su primer concierto en 1987 en el barrio Castilla, junto a las agrupaciones Agresor, Sacrilegio, Maleficio y Parabellum. Durante este mismo año, la banda Reencarnación debutó con su demo Dioses Muertos, el cual les permitió destacarse en el movimiento metalero y ser considerados como la banda más importante del death metal en la ciudad.

1988. Las bandas comenzaron a preocuparse por tener grabaciones. Ese fue el caso de la agrupación Astaroth, que apareció con su sencillo durante este año. Lo mismo hizo Reencarnación, quien realizó su primer LP, y el cual fue autotitulado: Reencarnación.

Otros que también grabaron fueron: Blasfemia con su trabajo Guerra Total; Némesis con
Hombre, Oveja Negra; y Parabellum con Mutación por Radiación.

También en este año, Producciones JJ y Tiempos Modernos produjeron la polémica película Rodrigo D. No Futuro, y para su banda sonora, que más adelante se plasmó en un LP, invitaron a algunas agrupaciones de Punk como: Desconcierto, Pestes, Mutantex y Pene, las cuales conformaron el Lado A. Mientras que las bandas de Metal: Ekrión, Agresor, Profanación, Amén, Blasfemia y Mierda, compusieron el lado B.

1989. Durante estos años comenzaron a surgir más revistas especializadas que informaban y creaban canales de comunicación dentro del movimiento subterráneo de la ciudad. Entre ellas sobresalieron: Nueva Fuerza, Tiempos Mortis, Necrometal, Subterráneo Medellín, Hell´Zine, Black Zine, Forcé, Retaliación y Breakin the Silence; estaban al aire algunos programas radiales, como los especiales realizados por Disco ZH, donde apoyaban la escena underground local, nacional e internacional. Muchos de estos espacios desaparecieron con la misma rapidez con que surgieron.

Se proyectó el Metal paisa hacia Colombia y el mundo. Se empezaron hacer los primeros contactos con bandas, revistas y sellos del exterior, por ello algunas publicaciones empezaron a incluir en sus páginas, además de las acostumbradas entrevistas y comentarios nacionales, entrevistas con bandas americanas, latinoamericanas y europeas, acrecentando así el interés por las revistas. Lo que de igual manera les permitió que adquirieran un carácter coleccionable. Aunque, vale anotar, muchas de estas revistas carecían del criterio y rigor periodístico necesario en sus informes y entrevistas, pues debido a la rivalidad existente entre los dueños de éstas, llegaban incluso a inventarse entrevistas y productos para lograr más ventas, procurarse seguidores y asustar a los creadores de otros magazines.

La banda Masacre publicó el trabajo Sepulcros en Ruinas; luego prensó dos demos: Colombia, Imperio del Terror, en este mismo año, y Cáncer de Nuestros Días, en 1990.

Otras bandas de la ciudad, como Agresor, Nicromancia, Ekrión y Profecía (más adelante conocida como Reencarnación), Profanación, Maleficio, Sacrilegio, Némesis, Parabellum, entre muchas otras, empezaron a dejar grabaciones piratas con un sonido deficiente, pero que para la época era lo que circulaba y con lo que el público metalero de la ciudad se conformaba.

Comenzaron a producirse conciertos más grandes, donde podían asistir alrededor de 300 ó 500 personas. Estos se hacían en los barrios Castilla, Aranjuez, Itagüí, Envigado, Belén, Robledo, entre otros. Pero había un lugar especial en Belén San Bernardo, más específicamente en la casa de “Lucho”, vocalista de Némesis. Él prestaba el patio de su casa, donde cabían, estrechamente, más de 100 personas. Esto era una verdadera batalla, tanto para entrar como para acomodarse. Allí llegarían a presentarse Reencarnación, Masacre, Némesis, Nicromancia y Pirokinesis. En esos conciertos, que realmente eran más un parche, sirvieron también como sitios para bailar, conseguir las grabaciones, tomar fotos, intercambiar música y conocer bandas, quienes eran los personajes centrales de los parches del “metal medallo”.

 

AUTOR:Juan Camilo Arboleda

Melodias en Acero

https://www.melodiasenacero.com/html/Especiales/cronologia_metalmedallo/cronologia1.html

 

                 ACERCA DE METALMEDALLO FESTIVAL

 

El METAL es un mundo rico y fascinante, camino inesperado por el que muchos jóvenes paisas se acercan hoy a la cultura que tantas instituciones oficiales les niega. 75 grupos que se unieron para dar a luz el segundo ciclo del METALMEDALLO son un ejemplo obvio. Sus gritos de protesta y furia controlada, consiguen lo que treinta años de reformas presuntamente educativas no han conseguido en este país de ministros superfluos: Participación ciudadana, inclusión, respeto a la diferencia y creación artística. Como si fuera una Aventura de corte épico, más de 300 músicos se reunieron esta vez, pero en vez de espartanos y sus espadas, se trata de varios centenares de paisas que empuñan una guitarra eléctrica, un bajo unas baquetas y un micrófono con los que enfrentarán una sociedad que se la tira de incluyente, pero que a la larga termina marginándolos como si de especímenes raros se tratara. "Más vale tarde que nunca". Con tropiezos económicos estamos a punto de cerrar este segundo encuentro local de bandas metaleras, ahora lo que nos falta a nosotros es ir dejando atrás el discurso victimista de "nadie nos hace caso", el metal está marginado. Está tan marginado como todas aquellas músicas ajenas al circuito de los 40 principales u otras emisoras de corte comercial. Pero lamerse las heridas es muy cómodo, y me da que seguiremos llorando por toda la eternidad. Nuevamente, nos jugamos las cartas con todos los grupos que se presentaron. El criterio de selección: querer unirse a la propuesta cultural y tocar metal. Con o sin experiencia. ¿Por qué? Si Metalmedallo, no les tiende la mano a quienes buscan un espacio profesional para mostrar su trabajo, ¿entonces quien lo hará? Queremos fortalecer los procesos de los grupos consolidados y acompañar las propuestas nacientes del género. Metalmedallo existe por la voluntad de las bandas, por su simple deseo de existir y hacer comunidad, de hacer cultura. Es así que en este segundo round, pasamos a tener 75 bandas. 15 grupos más que en el ciclo pasado. Distintas ramas del metal se unirán en los conciertos, bajo una sola bandera: El Metal de Medellín. Significativo para nosotros, que la respuesta a este evento superara las propuestas enviadas a Altavoz este año, en la categoría METAL. Al público, no le pedimos apoyo. Le ofrecemos un espectáculo cultural de alta factura técnica y logística, donde buscamos que la gente no se asista a diferenciar géneros, sino a conocer y disfrutar de las propuestas musicales de los músicos paisas. Adicional a los espacios musicales, el final de este segundo ciclo fortalecerá la serie de conversatorios con todas las bandas participantes; este nuevo espacio propone generar debate en torno a las políticas de juventud y, en particular, sobre las políticas culturales que no recogen este tipo de manifestaciones culturales que generan identidad como lo es el Metal. Por otro lado, se busca recoger las historias del rock paisa que no son contadas por los medios de comunicación; también, hablar de la música, de las experiencias de las bandas y para visibilizar aquellas historias, relatos, acciones, personajes que dinamizan día a día la escena metal (y rockera en general) de la ciudad de Medellín. Desde los 80 se vienen desarrollando este tipo de manifestaciones culturales en nuestra ciudad y como cultura es preciso conocerlas. METALMEDALLO es una manifestación clara de cultura juvenil pero que la sociedad y la administración municipal ignoran su existencia. Ejemplo de ello es el poco, o mejor, nulo apoyo a la propuesta de METALMEDALLO, y en lo que respecta a la promoción de estas músicas, pues no existen espacios en los medios (aparte de la labor de MELODIAS EN ACERO, la de RADIO U y ahora se nos une RADIO ALTAIR) que den a conocer, apoyen e impulsen las propuestas metaleras. Los que hay son pequeñas intentos, pequeños espacios en la televisión regional que en ocasiones desconocen la estética del movimiento, Por esta razón es necesario tener un espacio para promocionar este tipo de culturas y porque, aunque son ritmos foráneos, que no son propios de Latinoamérica son una forma de expresión juvenil, que genera identidad en la medida que son los mismos jóvenes paisas quienes hacen la música. Eso hace de éstas músicas, ritmos tan colombianos, tan de “Medallo” como los ya tradicionales ritmos y melodías propias de Colombia. Por eso deben merecer el mismo tratamiento y se deben generar las mismas condiciones que cualquier otra manifestación cultural. METALMEDALLO busca crear un espacio en vivo, donde se visibilice la escena underground del metal (y en algunas ocasiones el rock en general) en la ciudad de Medellín, abriendo el debate a temas que siempre han permanecido bajo el prisma de éste tipo de manifestaciones culturales propios de las urbes y metrópolis de nuestro siglo. Jaime Ocampo Director General Metalmedallo. 

 EXTRACTADO DE:

https://www.myspace.com/metalmedallo