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TATIANA VELASQUEZ VELASQUEZ

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Se pudieron ver escenas que ya son comunes en el festival: un punkero de la mano con una emo, un skate moviendo la cabeza con varios metaleros mientras un rapero pasa por su lado y todos disfrutan sin ningún problema.

María Luisa Ballén, de 18 años, dijo que "me gusta que uno puede ver mucha gente junta y no hay ningún problema. Todo el mundo esta en lo suyo y disfrutando. El único aspecto por mejorar es dónde botar la basura".

Daniel Pérez, de 16 años, habló que "me ha gustado todo. La entrada es muy estricta pero eso lo tienen que hacer para que no entren nada raro".

Duo Kie fue una de las agrupaciones internacionales que participó en el festival y representó el género hip hop desde Madrid (España). Locus, uno de los integrantes, contó que "me gustó todo de Medellín, fue increíble, se lo venía diciendo al taxista. La gente es encantadora, amable, un público entregado sin conocernos. Estamos alucinando todavía".

El festival Altavoz sin duda es el concierto más importante que ha tenido el rock de Medellín. Es la única vitrina que tienen las bandas locales para darse a conocer, la plataforma para pasar las fronteras.

Fueron más de 33 horas de música con 38 bandas locales, nacionales e internacionales en la cancha auxiliar del estadio Cincuentenario.

Entre los grupos de otros países llamaron la atención Kreator, banda alemana de metal y que, en la noche de sábado, agrupó a jóvenes y otros no tanto en torno a sus sonidos conocidos desde 1982 cuando de unieron en la ciudad de Essen.

Fobia dio el cierre anoche al Festival. Los mexicanos son otros que convocaron personas de todas las edades, pues desde 1987 son reconocidos.

Exodus, de Estados Unidos, con sus sonidos de thrash metal hicieron vibrar a sus seguidores.

"Me gustó mucho que la gente se supo comportar", dijo Margarita Monsalve, quien asistió ayer lunes con su novio. "No vi peleas ni nada raro, todo estuvo muy bueno", agregó.

Positivo balance en Altavoz

No menos de 60 mil personas asistieron a los tres días de conciertos del Festival Altavoz.

MASACRE EN LA CIUDAD CORROSIVA

‘Éxodo campesino/ en tierra de vándalos / aún recuerdo verlos morir / hay miedo al llegar la noche / el amanecer de un nuevo día trae / silencio, miedo, angustias / Disfrazada con dinero, la puta justicia / impune atrae la guerra / pasos en falso para la paz / la sangre vencerá el anhelo de vida / derramándose por sus campos, la sangre / Éxodo / Éxodo, Éxodo / Éxodo, Éxodo / Éxodo por los bandos / que dicen tener la paz / bajo fusiles en su conciencia / la muerte lenta va / Colombia se desangra / en el anhelo y la esperanza por la paz / dará miedo, angustias’.

Antes de llegar, mientras subía las escalas, recordaba los agradables momentos de aquellos conciertos de metal de los años 90 que disfrutaba con algunos amigos. Volvían a mi mente imágenes de un vocalista montado en la tarima, invitándome con su voz desgarradora a agitar la cabeza, a levantar los puños y a transportarme a la vida de un metal de muerte. Con Alex Oquendo, líder y cantante de Masacre, escuchaba cómo las voces de una ciudad de injusticias, odio, corrupción, guerra y muerte, penetraban en mis oídos.

El vocalista de una de las mejores bandas del death metal nacional y mundial estaba ahora frente a mí, en el sillón de un pequeño local donde realiza tatuajes, pone ‘piercings’ y vende uno que otro disco de rock. Alex tenía puesto un jean azul claro con algunos rotos y una camiseta blanca, muy distintas a las negras que usualmente utiliza en sus conciertos. Con su voz no tan pesada como la que normalmente le escuchaba, me decía: “Fue muy difícil cuando comencé a cantar. Era demasiado ‘peladito’, tenía 15 ó 14 años. Estaba en proceso de maduración y al terminar los ensayos siempre salivaba y escupía sangre. Eso fue muy duro. Yo creo que por eso tal vez me sacaron de la segunda banda (Ekhymosis). Luego empecé a madurar la voz y a tratar de sacar tonos diferentes”.

Texto: Juan David Alzate

fotografia: Juan camilo Arboleda

Metallica tocará en enero en Buenos Aires

Después de más de diez años sin girar por Latinoamérica, Metallica acaba de anunciar en su página oficial que en enero del 2010 girará por Perú, Argentina, Venezuela, Colombia, Chile, México y Guatemala, según informó la filial peruana de la discográfica Universal.

La última vez que la banda de James Hetfield, Lars Ulrich, Kirk Hammett y Rob Trujillo estuvo cerca de Buenos Aires iba a tocar en Vélez. Era el año 2004 y la banda recién se encontraba renaciendo de sus cenizas después de años de tormenta interna, reflejados en el preciso y fundamental documental Some kind of monster. Poco tiempo antes del recital, Metallica canceló el concierto. Las razones fueron sinceras, pero no las mejores: su contador les había aconsejado que no les convenía hacer la gira porque perderían dinero.

Eso es lo que ha motivado que en estos días, varios foros de fanáticos publiquen frases como "hasta que no los vea tocando no les voy a creer nada" o "me guardé la entrada de la vez anterior sólo para acordarme de que no los tengo que ir a ver nunca más". Incluso varios escribieron mensajes de apoyo a Napster, el sitio de descarga de música que desapareció después de una controversia con Ulrich, baterista del grupo, que le hizo un juicio al sitio en tiempos en que iTunes ni siquiera existía.

Aún así, Metallica llegará y esta vez a un estadio más grande que el que pensaba llenar aquella vez (Vélez). El concierto -aún sin fecha definida- será en el estadio Monumental de Núñez, más de diez años después de haber tocado ahí mismo, como parte de la gira Monsters of Rock

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